El futuro será digital y sin contacto
Federico Martínez, country Manager, Mastercard Colombia
Antes de la emergencia sanitaria, 28,9 millones de colombianos contaban con al menos un producto financiero según Asobancaria, lo que representaba un índice de bancarización del 83,3%, y que podría según los expertos, aumentar en el primer semestre de 2020 a 30,4 millones lo que reflejaría un crecimiento de 3,7 puntos porcentuales en tan solo seis meses. Esta importante aceleración de la inclusión financiera está ligada por las necesidades de adaptación que este momento histórico nos exige y se apalanca, como gran protagonista, en la banca digital y los pagos sin contacto.
Este proceso de digitalización hace parte de las innovaciones propias de los sistemas financieros desde la masificación de los computadores y los dispositivos inteligentes. En la coyuntura actual estamos convencidos que la digitalización es sin duda una de las grandes estrategias para la recuperación económica pues soporta de manera ágil, eficaz y segura los procesos financieros y los mecanismos de pagos.
En este sentido, en Mastercard consideramos que son tres los instrumentos claves en la digitalización de los pagos y que sabemos se pueden ir implementando en el corto plazo: las tarjetas débito para pagos online, las billeteras digitales y las tarjetas Sin Contacto.
Siendo uno de los más recientes adelantos en cuanto a la conexión de las tarjetas físicas con el e-commerce, las tarjetas débito con función digital se han venido implementando de manera sostenida y, en nuestro caso, llegaron a Colombia bajo el nombre de “Débito Mastercard”. Con la masificación de las ventas online y los pagos digitales de cualquier tipo, los consumidores empezaron a demandar que no solo las tarjetas de crédito estuviesen habilitadas para transaccionar en el mundo del comercio electrónico, el usuario también quiere tener la opción de debitar sus compras directamente de su cuenta de ahorros. Las primeras soluciones a este requerimiento vinieron de innovaciones como PSE, pero la necesidad de simplificar los procesos ha llevado a que ahora se ofrezcan tarjetas débito con códigos de seguridad que puedan ser usadas desde compras de bienes y servicios en páginas de internet hasta en las aplicaciones de la economía gig, como aquellas de transporte y comercio colaborativo.
Lo anterior es un paso importante en dos sentidos. Las tarjetas débito con funciones de pago digital permite al consumidor acceder a todo el comercio online desde sus propios fondos, aumentando su margen de maniobrabilidad y la libertad de elección de sus canales de preferencia. Así mismo, permite generar data de consumo que consideramos será fundamental para diversificar las fuentes de información de los perfiles crediticios.
Por otro lado, y en la misma línea de la banca electrónica, se encuentran las billeteras digitales que poco a poco han ganado espacio en el ecosistema de pagos colombiano. Normalmente en forma de aplicaciones, estas billeteras resguardan la información de las tarjetas débito o crédito del consumidor habilitando su libre uso a través de su teléfono móvil bajo autenticación fácil o biométrica. Así mismo, estas billeteras pueden ser usadas para pagos online reduciendo la manipulación constante de las tarjetas y canalizando en un solo lugar las diferentes alternativas de pago del usuario.
El éxito de este tipo de billeteras tiene reconocimiento a nivel nacional e internacional. Aplicaciones como Movii han permitido la bancarización de una gran parte de la población que no había podido acceder a los canales tradicionales por situaciones como las distancias geográficas. Es por ello que la inclusión financiera es otro de los propósitos implícitos en cualquier innovación que pretenda aumentar la conectividad mientras simplifica los procesos financieros.
Por último, desde hace 15 años Mastercard viene implementando la tecnología “Sin Contacto” que es una función adicional para las tarjetas débito y crédito, donde el pago se hace de manera rápida debido a que solo requiere acercarlo a los datafonos para realizar la transacción y, en montos bajos, sin requerir la clave personal. Esta tecnología, inicialmente pensada como una forma de incrementar la eficiencia en las transacciones, es hoy tal vez el mecanismo más sobresaliente para el comercio físico en medio de la reactivación económica y la contención del virus. Ello toma sentido a la luz de los datos recogidos en nuestro último reporte, donde hallamos que el 69% de los colombianos reconocen la complejidad higiénica del efectivo, lo que ha llevado a que el 78% de los connacionales recurran a esta nueva forma de pago.
En conjunto, estos tres avances del ecosistema de pagos son una buena noticia para el comercio y el consumidor en épocas donde la reactivación económica tiene una imperante necesidad de adaptarse a los desafíos de salud pública y de reducción en la circulación física del consumo. Estos procesos se han visto acelerados por la coyuntura histórica que estamos afrontando, pero sin duda tenemos las herramientas para adaptarnos a las nuevas realidades desde la banca y los pagos digitales; retos que desde Mastercard están enfocados en el bienestar de los consumidores.