Inclusión

Las PyMEs lideradas por mujeres generan cambios en sus comunidades

Marzo 9, 2023
Entrevistamos a Blanca Aldasoro, Directora de Proyecto Strive México en Fundación Capital.

Strive Mexico es una iniciativa del Centro para el Crecimiento Inclusivo de Mastercard, en colaboración con BFA Global y Fundación Capital. El objetivo es ayudar a 400,000 micro y pequeñas empresas en el país durante los próximos tres años. La iniciativa brinda acceso a herramientas diseñadas para ayudar a las pequeñas empresas a navegar a través de la transformación digital, fortalecer el ecosistema de apoyo al emprendimiento en México y brindar asistencia enfocada a mujeres empresarias.

¿Qué tipo de herramientas ofrecen a las emprendedoras?

Herramientas especialmente diseñadas para micro y pequeñas empresas, que ofrecen soluciones para automatizar sus operaciones y tener un mejor control en el punto de venta, acceder al sistema financiero y subirse a los mercados digitales (promoción, pagos a distancia y delivery de productos). El programa incluye la capacitación digital, empresarial y financiera para desarrollar habilidades. Muchos de los pequeños emprendedores del país no saben de tecnología y, a mayor edad, menos acceso tienen. Nosotros los ayudamos con el onboarding digital para que puedan confiar en estas herramientas e identificar cuáles son más convenientes para su negocio. Creemos que la confianza se logra con conocimiento. 

¿Cuáles son los rubros dominantes en las PyMEs lideradas por mujeres?

En general, predominan las labores que son extensión de las asignadas por los roles de género, como la producción de alimentos en general, la confección y venta de ropa, la cosmética y el cuidado de la salud. Pero empiezan a vislumbrarse casos novedosos de mujeres que heredaron un oficio de sus padres, por ejemplo la plomería, y se capacitan para ejercerlo. También se nota un cambio de paradigma en las artesanas: históricamente, su rol era producir la artesanía y quedarse en sus comunidades, mientras eran los hombres los encargados de trasladarlas para su venta. Pero ahora son ellas mismas las que salen a venderlas. Son cambios sutiles pero que generan movimientos radicales en las estructuras sociales de las comunidades donde viven, sobre todo en las comunidades rurales.

• 63% de las PyMEs de México son negocios informales, pero si se consideran sólo los negocios liderados por mujeres el porcentaje sube a 78%.
• Aunque 47% de PyMEs son propiedad o copropiedad de una mujer, en el 80% de las PyMEs las decisiones las toma un hombre.

¿Cuáles son las características generales de los emprendimientos liderados por mujeres en México?

Las empresas de mujeres tienen menos acceso a la tecnología: sólo 29% tienen equipo de cómputo, sólo 25% utiliza internet, sólo 3% realiza ventas por internet y sólo 13% tuvo acceso a un crédito (INEGI, Censo Económico, 2019), lo que limita la implementación de modelos de negocio innovadores. El 99% de los micronegocios tienen un solo establecimiento y,  en general, son negocios que llevan adelante desde su propia casa, porque suele haber restricciones de movilidad, sobre todo en zonas rurales y porque las mujeres siguen cumpliendo con su rol doméstico y la crianza de sus hijos.

¿Cómo es el proceso de selección de las emprendedoras beneficiarias en Strive Mexico?

Somos un proyecto que, más que selección, apunta a la inclusión. Vamos buscando aliados con otras organizaciones públicas y privadas que comparten nuestra visión tecnológica y nuestros objetivos. Trabajamos con programas de gobiernos y con ONGs e instituciones financieras que brindan servicios financieros y soluciones digitales. Además, tenemos personal en campo, que nosotros llamamos “embajadores digitales”, que van visitando los negocios uno a uno de manera presencial. También damos talleres y webinars, y organizamos ferias locales sobre digitalización e invitamos a los microempresarios.

A nivel personal, ¿qué parte es la que más te apasiona de trabajar en esto?

Uno de los regalos más bonitos de esta vida fue haber encontrado mi vocación. Llevo 25 años trabajando con poblaciones en situación de vulnerabilidad y soy una convencida de que los servicios financieros mejoran la posición de los menos favorecidos. Es cierto que, en muchas poblaciones, la inclusión requiere pensar primero en los servicios generales y más básicos, como la educación, la salud y hasta la luz, pero a mí me importa el beneficio aplicado, el 1 a 1, cada caso particular. Me siento una privilegiada. Muchas veces me preguntan cuántas vidas he tocado, pero yo creo que es al revés: es una bendición que esas vidas me hayan tocado a mí.

¿De quién heredaste esta vocación, esta voluntad de conexión?

Creo que le debo algo a la influencia de mi madre, que fue profesora de escuelas públicas durante más de 40 años. Crecí escuchando de primera mano historias de niños que iban a la escuela con los zapatos rotos, o que faltaban a clase porque no tenían para pagar el transporte. 

Pareciera que no hay una contra en tu trabajo. Todo es ganancia…

La contra es el sentido de urgencia. Por muchos años que llevo en esto, todavía no me acostumbro a ver estas realidades tan crudas, de mujeres que tienen la misma edad que yo, son madres como yo, y sin embargo viven una vida tan distinta. Siento la urgencia de regresar y materializar la ayuda.

¿Crees que el hecho de ser mujer suma a tu desempeño en esta iniciativa?

Conozco muchos hombres comprometidos, pero creo que un hombre nunca va a entender cuánto más difícil es para una mujer vivir en esta sociedad.

¿Cuáles son las historias que más te conmueven?

Conozco muchas historias, pero los casos que más me conmueven son los de aquellas madres que dan batallas fuertes por sus hijos. Aquí en Querétaro está el caso de una mujer que tiene 5 hijos, 4 de ellos son débiles visuales. Actualmente, esta mujer tiene una franquicia de venta de frutas y verduras súper exitosa, y sus hijos están bien insertados, pero ella tuvo que trabajar muy duro para lograrlo. 

A mí me interesa una inclusión que aspira a llegar a la mayor cantidad posible de mujeres, pero también de la manera más profunda posible. Para esto, es fundamental conocerse cara a cara, y platicar. 

“La gestión de talento es el mayor desafío a la hora de emprender”

Xitlali Pastén tiene 23 años y vive en Querétaro, México. Después de varios emprendimientos en línea, en 2021 abrió un local de uñas: Kalei. “Emprender es un reto impresionante. Creo que el mayor desafío es la gestión de talento. Tanto en lo que me toca, asumir la posición de liderazgo, como en la parte técnica de formar un equipo de trabajo alineado con mis valores, con mi forma de trabajar.” Xitlali es una de las beneficiarias del programa Strive México: “Estuve colaborando con el programa en dos etapas. Primero, en el diseño e implementación de las plataformas digitales y luego como embajadora digital. Ayudar a la digitalización de otros negocios fue una manera de aprender. Yo llevo un control muy preciso de mis ventas por semana, pero este programa fue clave para resolver el tema pagos digitales y Terminal Punto de Venta (TPV), que representan el 60% de la facturación de mi negocio.” Aunque cree que el hecho de ser mujer inicialmente la benefició por el rubro de su emprendimiento, no se esperaba los problemas que tuvo por publicar su número telefónico y el mal uso que algunos hombres le dieron. A comienzos de este año, Xitlali decidió vender su empresa para dedicarse a las finanzas y asesoramiento de negocios.

"Nosotros hacemos los tamales en serio, no en serie”

 María Lucila Camarillo tiene 47 años y vive en Monterrey, México. Hace 21 años, con una niña en un brazo y la pañalera al hombro, salió a vender sus tamales de casa en casa. Con el tiempo creció y dio un salto a la formalización, cuando empezó a surtir a escuelas y empresas, y hacer envíos a otros estados del país e incluso a Estados Unidos. Lucila se enorgullece de haber podido pagarle la carrera a su hija en una universidad privada. Y de sus tamales: “Nosotros hacemos los tamales en serio, no en serie. Le ponemos la carne, su pollo, su frijol, su queso y lo enredamos con amor. También hacemos el delivery personalmente, para asegurarnos que lleguen calentitos y en forma.” El programa Strive Mexico la ayudó mucho con sus capacitaciones en tecnología y publicidad, porque la pandemia la forzó a digitalizarse y ella no sabía cómo hacerlo. “Buena parte del dinero que gano la reinvierto en mi negocio. Pero también compramos una casa, un carro, una camioneta, le dimos estudio a mi hija, nos fuimos de vacaciones… Me acuerdo de cuando fuimos a comprar la casa, y mi marido me dijo: ‘Es que no nos alcanza’. Y yo le dije: ‘No te alcanza a tí, pero yo sí tengo’. Él no sabía que yo tenía dinero guardado…”

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Andrea Denadai, Mastercard